JOSÉ RAMÓN NAVARRO. Las propuestas que se han ido sucediendo en los últimos veinte o treinta años para desarrollar desde un enfoque común el planeamiento del territorio Alicante-Elche no han prosperado («El Triangulo Alicante-Elche-Santa Pola»), o han languidecido sin pena ni gloria (PATEMAE). No se va a entrar aquí en las razones de ese fracaso, pero sí se puede afirmar que ninguna de ellas se apoyó en la sociedad civil de ambas ciudades. (*)
Y ahora, precisamente, es la presencia de la sociedad civil de Elche y Alicante la que está catalizando un nuevo clima de acercamiento entre las dos ciudades, como se pone de manifiesto en los encuentros, debates o manifiestos que se han sucedido en los últimos meses en torno a un territorio que ya no cabe en el antiguo concepto de «Área Metropolitana», y que ahora unos nombran empleando una metáfora mecánica, «Eje» Alicante-Elche, y otros, como la PIC de Alicante y el colectivo «Elche Piensa» se inclinan por el de «Ciudades Gemelas», más adecuado a la realidad territorial que designa.